LO QUE EL PROCÉS SE LLEVÓ
La situación que Cataluña está atravesando en los últimos años, a causa del conflicto independentista, ha tenido y está teniendo consecuencias negativas en esa comunidad. Madrid se ha aprovechado de la situación y ha conseguido situarse como primera economía de nuestro país a raíz del referendum de independencia celebrado el 1 de octubre de 2017.
Todo ocurrió muy rápido en aquellos días: las calles se llenaban de manifestantes, de un signo y otro; las protestas callejeras pasaron a formar parte del paisaje habitual; el único interés de los gobernantes autonómicos parecía ser la Declaración Unilateral de Independencia (DUI)… y todo ello generó una inestabilidad y una inseguridad juríridica que llegó al mundo empresarial y lo hizo reaccionar. De hecho, miles de empresas empezaron a abandonar Cataluña y trasladaron sus sedes a otros lugares de España.
Un informe del Colegio de Registradores de España, recoge que en total, 2.536 sociedades cambiaron su domicilio en 2017, y, desde entonces, se han trasladado, a día de hoy, unas 7.000. Algunas de esas empresas que salieron tenían gran relevancia como CaixaBank, Sabadell o Gas natural, por citar algunas.
Por poner un ejemplo, el total de empresas que se marcharon entre los meses de octubre de 2017 y marzo de 2018 suponían casi 44.000 millones de euros en facturación (el 84,5% fue a parar a Madrid). Años más tarde, las empresas se han seguido yendo.
La marcha de empresas llegó a alcanzar unas cifras muy signitficativas, de hecho, en este gráfico que recoge el número de compañías que abandona Cataluña en un periodo concreto contabilizado por días, podemos obervar como en un solo día, llegaron a marcharse 212 ( 9 de octubre) o incluso 285, el 19 de octubre.
A esto se unía que el número de empresas que salían de Cataluña era mayor que el número de empresas que se creaban. De hecho, en 2019 entraron 624 sedes y se fueron 948 con un saldo negativo de 324, la mayor del territorio nacional. En 2020 se trasladaron a Cataluña 516 sedes, pero se marcharon 666, con un saldo negativo de 150 sedes, de nuevo, los peores datos entre las comunidades autónomas.
Este gráfico es un ejemplo concreto de esa tendencia:
En concreto, de las 2.536 que salieron de Cataluña en 2017, 1.457 fueron a Madrid; en 2018, lo hicieron 1.288 de 2.359; en 2019, 349 de 948; y en 2020, 309 de 666. Hasta marzo de 2021, últimos datos disponibles, la tendencia se mantiene: de las 251 empresas que salieron hasta entonces de Cataluña, 124 se han trasladado a la capital.
Además, aunque con los años se ha ido reduciendo el ritmo de salidas, en Cataluña sigue siendo mayor el número de empresas que salen que las que llegan, al revés de lo que ocurre en Madrid. Comparativa detallada del tejido productivo de la comunidad de Madrid y la comunidad Catalana.
Es importante aclarar que a la economía catalana no solo le ha afectado la huida de empresas, también ha sufrido, sobre todo en los primeros años de conflicto, un descenso importante de la inversión extranjera y una reducción significativa de la llegada de turistas. Lo vemos a continuación.
Los autores de la London School of Economics, en un artículo, publicado en agosto, explicaban que el procés ha supuesto el suicidio económico de Barcelona con respecto a Madrid. Los indicadores son contundentes: entre 2010 y 2018 Madrid atrajo casi el 62% de toda la inversión extranjera que llega a España; Cataluña se quedó por debajo del 16%.
En la gráfica siguiente vemos esas diferencias en inversión extranjera en millones de euros.
Cataluña pierde su liderazgo
Decíamos al inicio de este post que Madrid había conseguido posicionarse como la primera economía de España y que Cataluña había perdido el liderazgo económico del país desde 2017, coincidiendo con el año del referéndum del 1-Octubre. En las siguientes gráficas podemos ver reflejadas ambas cuestiones: en la primera vemos Madrid por encima de Cataluña justo en 2017 y en la segunda Madrid como la primera comunidad de España.
Aquí, información ampliada por el Diario Expansión y el INE.
Junto a la seguridad jurídica que encontraron en Madrid las empresas que salieron huyendo de Cataluña, hay otra cuestión que también sirvió de reclamo y que merece la pena ser destacada: las diferencias en política fiscal de las dos comunidades.
En el IRPF, y los impuestos de Sucesiones y Patrimonio, hay unas diferencias susanciales enre Madrid y Cataluña, como podemos ver en esta gráfica:
A modo de ejemplo, en la gráfica siguiente se recoge la recaudación de impuestos propios en los años 2018 y 2019, y puede observarse como Cataluña es la comunidad de España que más grava y Madrid la que menos.
En definitiva, el procés supuso para Cataluña una inestabilidad política y social que se ha reflejado en su turismo, en su inversión extranjera, en su PIB, en su tejido empresarial, y, por tanto en su economía. La crisis territorial sigue viva, aunque no está tan encendida como en aquellos meses de 2017 y siguientes. A esa crisis se ha unido la llegada del COVID 19. Habrá que estar pendiente de cómo se desarrollan los próximos acontecimientos sanitarios y políticos para poder concluir si la economía catalana ha dejado de ser la abanderada del país o es sólo una crisis temporal.
Muy interesante, todo el mundo debería leerlo para conocer en profundidad la situación de nuestro país.
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