LA RIQUEZA DE IRLANDA
Irlanda es un país europeo orientado al norte del continente que cuenta con 4.995 millones de habitantes en una superficie de 70.280 km2, siendo uno de los países más pequeños de su región. La capital de Irlanda es la ciudad de Dublín.
La economía de Irlanda es pequeña, moderna y muy creciente, está basada en el comercio, cuya tasa de crecimiento anual es de lo más elevada. La agricultura (sector primario) llegó a ser la actividad principal ejercida por el país; pero con el paso del tiempo ha sido rebasada por la industria y los servicios (sectores secundario y terciario).
El PIB per cápita es la variable económica que mide la riqueza de un país, actualmente, Irlanda tiene uno de los mayores PIB per cápita de toda la región de Europa Occidental, siendo de 79.297’7$, teniendo además una tasa de crecimiento del 5'7%, lo que indica que nos encontramos ante un país en continuo desarrollo.
Por regla general, los países con un mayor PIB, como es el caso de Irlanda suelen realizar un mayor gasto, sin embargo esta relación entre el PIB y el gasto no se da en el país en cuestión, donde el gasto en general es notablemente reducido. Esto se da debido a que la clave de la riqueza irlandesa se encuentra en las elevadas cifras de exportaciones por parte de numerosas empresas que se afincan en Irlanda con la intención de beneficiarse de su baja fiscalidad. De manera que a pesar de que estas empresas sean extranjeras, su producción en Irlanda se incluye en el PIB de este país haciendo que sea muy elevado. De hecho, esto también se puede ver en las elevadas exportaciones que presenta el país, donde la producción es tan elevada que se exporta gran parte de ella. El PIB per cápita es 40% superior al de las cuatro grandes economías europeas y el segundo más alto en la Unión Europea detrás de Luxemburgo.
Sin embargo, Irlanda no ha gozado siempre de esta riqueza, sino que desde el año 1985 hasta la Gran Recesión en 2008, presentó un crecimiento que multiplicó la renta per cápita del país por diez, pasando de ser un país pobre a ser de los más ricos de Europa. Este crecimiento vino de la mano de una disminución considerable del impuesto de sociedades, que progresivamente pasó de ser del 50%, hasta hoy en día que es del 12’5%.
Esta fiscalidad es muy reducida respecto a la de otros países, y tal como he dicho anteriormente, atrae a numerosas multinacionales a establecer su sede allí.
En cuanto a la política de Irlanda, su gobierno consiste en una república democrática representativa parlamentaria compuesta por 26 condados. En ella, el presidente ejerce como jefe de Estado y es electo cada siete años, pudiendo ser reelecto una sola vez.
Este presidente posee ciertos poderes y funciones constitucionales aunque en general sus funciones son protocolares. Por otra parte, el primer ministro ( denominado Taoiseach) es designado por el presidente en la nominación de parlamento. Este primer ministro suele ser el líder del partido político con el mayor número de escaños obtenidos en las elecciones legislativas, donde es bastante habitual que se formen coaliciones de gobierno.
El parlamento bicameral (Oireachtas) consiste de un senado (Seanad Éireann) y una cámara baja (Dáil Éireann). El senado está compuesto por sesenta miembros; once designados por el Taoiseach, seis electos por dos universidades y cuarenta y tres electos por representantes públicos de paneles de candidatos establecidos sobre una base vocacional.
En definitiva, la calidad de vida de Irlanda es muy alta, de hecho, según las Naciones Unidas es el tercer país con el mayor índice de desarrollo humano, para el cual se evalúa la salud, la educación y la riqueza. Además, se trata de un país con unas raíces culturales muy profundas y respetadas, donde la naturaleza y el clima son muy característicos y donde la seguridad y la calidad de vida están garantizadas.
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